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'Maestro', Andrés Vázquez, de Villalpando, un camino desde el hambre y la miseria en blanco y negro, hasta el Olimpo de la Tauromaquia

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Cuando ya el pasado año 2024 daba sus últimas bocanadas, un día del puente de la Constitución, la localidad zamorana de Villalpando acogió un acto homenaje a una de sus figuras más ilustres, su hijo predilecto y torero, Andrés Vázquez, durante la presentación del libro 'Maestro', obra colectiva escrita por varios de sus amigos para sufragar, con su venta, una estatua memorial del torero villalpandino, obra del escultor madrileño Pedro Requejo Novoa, que eternice su memoria y su tauromaquia, la de un torero castellano, sobrio y curtido por las capeas populares y desordenadas abundantísimas por los pueblos de Castilla, de León y de toda España, que le servía al franquismo para que los ánimos "contraídos y controlados" de los ciudadanos se desahogaran a través de las fiestas, en las que los toros populares, eran el centro de las fiestas. El evento se celebrado en el Ayuntamiento de Villalpando y fue un acto concurrídisimo que reunió a paisanos, aficionados taurinos y personalidades del mundo de la Cultura y el Toreo.

 

El libro consta de diferentes capítulos que han sido escritos por personas que mantuvieron alguna relación con Andrés Vázquez durante su vida, a modo de tributo para el torero zamorano. Por eso se trata de una obra colectiva en la que han participado autores como el crítico taurino riojano Pedro Mari Azofra, el filólogo Luciano López Gutiérrez, el ganadero Victorino Martín García, propietario de un hierro con el que el villalpandino mantuvo un idilio a lo largo de su carrera, el cineasta Juan Figueroa, que dirigió al diestro en la película “sobrenatural”, el escritor Fernando Sánchez Dragó, desparecido el pasado año 2024, el pintor zamorano Antonio Pedrero, el torero Luis Miguel Calvo, alumno de Andrés Vázquez, que protagonizó la célebre serie de TVE "Juncal", junto a Paco Rabal, su paisano y banderillero y apoderado Luis Miguel Villalpando, los biógrafos del torero, Paco Cañamero y Agapito Modroño Alonso, el periodista taurino Fernando Fernández Román, el investigador taurómaco Antonio Picamills o Pepe Belmonte, sobrino nieto de Juan Belmonte, entre otros.

 

El texto se completa con algunos artículos sobre Andrés Vázquez aparecidos en diversos medios de comunicación.

 

Los 20 capítulos de esta publicación recopilan anécdotas, recuerdos y análisis que permiten explorar en profundidad la trayectoria de un torero que marcó una época.

 

El impulsor de esta iniciativa ha sido Luciano López, filólogo villalpandino, quien desde la Asociación Cultural "Amigos de Andrés Vázquez", destacó la importancia "de contar la historia del torero desde sus inicios en las capeas hasta su consagración en la Plaza de Toros madrileña de Las Ventas. 

 

La venta del libro, que cuenta con una tirada inicial de 1.000 ejemplares, tiene un objetivo claro: financiar una estatua en bronce del torero, obra del escultor Pedro Requejo Novoa. La pieza se instalará en la Puerta Villa o Puerta de San Andrés, un lugar emblemático del pueblo, como símbolo eterno del legado de  Andrés Vázquez.

 

"Queremos que Andrés esté presente no solo en el corazón de sus paisanos, sino también en el paisaje de Villalpando, como un recordatorio de su grandeza y humildad", afirmó el alcalde Emiliano de la Puente durante la presentación.

 

Los ejemplares del libro están disponibles por 25 euros en establecimientos de Villalpando y de Zamora y también, pueden adquirirse a través del correo electrónico de la Asociación "Amigos de Andrés Vázquez", amigosdeandresvazquez@gmail.com.

 

  • La obra, que homenajea al célebre torero, destinará sus beneficios a erigir una estatua en su honor en la Puerta Villa de su pueblo natal, esculpidad por el escultor madrileño Pedro Requejo Novoa

 

Andrés Vázquez, hijo predilecto de Villalpando


El Ayuntamiento de Villalpando (Zamora), localidad natal y en la que residía hasta su fallecimiento en el Hospital de Benavente (Zamora) a los 89 años por un fallo multiorgánico,  el exmatador de toros Andrés Vázquez, le nombro hijo predilecto del municipio villalpandino. 

 

  • Nombramiento de Hijo Predilecto del Municipio de Villalpando por decisión del Ayuntamiento:

    • "De conformidad con lo establecido en el artículo 190 del Reglamento de Organización, Funcionamiento y Régimen Jurídico de las Entidades Locales, aprobado por Real Decreto 2568/1986, de 28 de noviembre, el Pleno del Ayuntamiento de Villalpando, en sesión ordinaria celebrada el día 27 de marzo de 2018, ha acordado nombrar a D. Andrés Mazariegos Vázquez Hijo Predilecto del Municipio de Villalpando"

 

Andrés Vázquez debutó con picadores en 1960 en Guijuelo (Salamanca) y dos años después recibió el grado de doctor en tauromaquia en la plaza madrileña de Las Ventas, de la que salió 10 veces por la Puerta Grande entre 1962 y 1977.

 

Fue una figura del torero en los años 60 y 70 del pasado siglo XX, un torero en blanco y negro, porque aún no había llegado el color a la televisión, de imperecedero recuerdo para los aficionados.

 

Tras una lucha durísima por los pueblos, forjado en capeas y tentaderos y después de permanecer 12 años en el escalafón de los novilleros, logró triunfar como matador de toros. En su vida cotidiana, sin embargo, no tuvo tanta suerte, porque se arruinó con un negocio inmobiliario y en el amor tampoco encontró a su media naranja definitiva, aunque tuvo una hija, Jimena, fruto de una de esas relaciones intermitentes. Murió el 17 de abril de 2022.

 

Escribía el cronista taurino de la época: "A los 14 años dejó su pueblo, pensando que en Madrid encontraría el camino para hacerse torero. Como sus bolsillos estaban vacíos hasta de calderilla tuvo que trabajar en el Mercado Central descargando camiones, con lo que podía pagarse una modesta pensión. Ya decidido a correr suerte en los toros se fue uniendo a una pandilla de "capitalistas", los que se tiran de espontáneos a las plazas, soñadores de gloria en los ruedos, buscando ganaderías donde poder entrenarse, si los dejaban. Los capas, los de las capeas en los pueblos, donde toreaban en las fiestas casi gratis, sólo a cambio de comida y lo que pudieran recoger con un capote, mendigando limosna a los aficionados de plazas de carros. Aprendizaje durísimo. En aquellos tiempos lo llamaban el Nono, luego el Niño de Villalpando y ya triunfador, el Brujo de Villalpando."

 

El 19 de mayo de 1962 Andrés Vázquez pudo tomar la alternativa de manos de Gregorio Sánchez y testigo Juan García Mondeño, en la monumental madrileña de Las Ventas. Toreo castellano, recio, sin florituras. Dominio con la capa y la muleta. Había visto algunas filmaciones de Juan Belmonte y alcanzó a contemplar faenas de Domingo Ortega, de quien recibió sabios consejos.

 

"Andrés Vázquez fue "torero de Madrid". Gustaba su estilo en la Monumental de las Ventas, donde alternó varias veces con Antonio Bienvenida. Cuando sucedió la trágica muerte del hijo del Papa Negro, Andrés se ofreció a torear él solo seis toros para costear el monumento a su amigo, que hizo el escultor Luís Sanguino. Fue asimismo Andrés el primer matador en encerrarse en solitario con media docena de reses de la temida ganadería de Victorino. Precisamente, tras retirarse un par de ocasiones en las temporadas de 1974 y 1977, mató un toro de la misma en 2012, con motivo de celebrar su medio siglo de alternativa. Le cortó dos orejas y rabo a su enemigo. Contaba entonces 80años.", continúa relatando el cronista.

 

Cuentan que despertó en Orson Welles una admiración sincera, al punto que el genio del cine le propuso rodar con él una película, interpretando la vida de Juan Belmonte. Llevaba muy avanzado el guión, aunque nunca llegó a rodarse. Orson lo invitaba a almorzar a su casa madrileña de la Cuesta de las Perdices, y el torero le correspondía en la suya del número 120 de la calle de Serrano, que hubo un día que vender. Andrés Vázquez, por otra parte, sí que intervino en tres filmes: Yo he visto a la muerte, de José María Forqué; Tú solo, de Teo Escamilla y en 2019 Sobrenatural, del novel Juan Figueroa, rodado en tierras salmantinas, en torno a un diestro que se enfrenta al último toro de su vida.

 

Apenas sin formación académica, fue un hombre autodidacta, que en una época de su vida se interesó vivamente por la pintura, asistía a exposiciones e iba adquiriendo cuadros de artistas reconocidos. También se entretuvo en escribir algunos textos.

 

Después de su descalabro económico, Andrés Vázquez, acostumbrado a caerse y levantarse, buscó otros lugares donde ganarse la vida. En un pueblo de Toledo se radicó un tiempo. Se rehízo modestamente como profesor en la Escuela de Tauromaquia de Madrid, cuando la dirigió Gregorio Sánchez, su padrino de alternativa, y como comentarista de televisión en festejos taurinos, donde prestó su voz y sus grandes conocimientos.

"Baratero", de la ganadería de Victorino Martín, se cruza en su camino y le lleva al Olimpo de la Tauromaquia

  • “La divisa de Vicrtorino Martín ha sido clave en mi carrera. Y con la distancia y la frialdad que proporciona el paso de los años, me atrevo a decir que yo también he sido fundamental en la ascensión a la fama del ganadero”, asegura el espada villalpandino.Vázquez tomó la alternativa el 19 de Mayo de 1962 en Las Ventas, y tras haber saboreado las mieles del triunfo en algunas de las principales plazas de nuestra geografía, su carrera comenzó a declinar lentamente hasta que el 10 de agosto de 1969, el destino le coloca frente a los victorinos en el coso de la calle de Alcalá. Cortó un total de tres orejas, dos de ellas a Baratero, premiado con la vuelta al ruedo. “Aún sueño con ese toro y me figuro que también lo hará su dueño porque ese fue su auténtico despegue. Luego”, manifiesta el veterano coletudo, “hice la machada de encerrarme en solitario con seis ejemplares del mismo hierro y corté otros dos apéndices a Violeto. A partir de ese instante Victorino y yo formamos un dúo casi perfecto. Maté sus toros muchas temporadas. Me dieron satisfacciones, fama, dinero y una sola cornada”.
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  • Texto: David Plaza, en la web de la Ganadería de Victorino Martín

El cronista salmantino Paco Cañamero, en Glorieta Digital glosaba recordando la faena a Baratero, con motivo del Premio de Tauromaquia de Castilla y León 2020 del siguiente modo:

¡Aquella faena de Andrés Vázquez a Baratero!

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  • Mucho antes de la cruel pandemia,  Las Ventas cayó en las peores manos, las de Simón Casas y su Plaza1. Al poco de desembarcar, Simón Casas, personaje tan dudoso como esperpéntico, tomó la polémica decisión de cerrar la mayoría de los domingos del verano para matar la gloriosa historia de las ‘domingueras’. Al hilo de esa decisión que  rompió infinidad de ilusiones surge este inolvidable recuerdo de Baratero, el bravísimo toro de Victorino que dio el pistoletazo de salida a la fama de esa divisa y que, hoy hace cincuenta y un años, levantó la carrera de Andrés Vázquez al cuajar la mejor faena de su vida. Ahora, que el maestro de Villalpando ha vuelto a la pomada al serle concedido el prestigioso galardón ‘Tauromaquia’, de la Junta de Castilla y León rememoramos aquella histórica efeméride.
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  • Si hay un toro, sobre los demás, que va unido para siempre a los nombres de Andrés Vázquez y de Victorino Martín -entonces en alianza con sus hermanos Adolfo y Venancio- es el de Baratero, lidiado la tarde del diez de agosto de 1969 –hoy hace 51 años- y que pasó a la historia de Las Ventas como uno de los más bravos y en la biografía de Andrés Vázquez como un icono después de realizarle una faena perfecta. Una faena rubricada en diecinueve muletazos tras una espectacular suerte de varas, perpetuada en la retina de quienes tuvieron la dicha de presenciarla y donde, al final, tras una estocada en el hoyo de las agujas corta las dos orejas -le llegaron a pedir el rabo-, además de ser premiado Baratero con la vuelta al ruedo vivida en el reguero de la emoción que trajo su bravura. Pero su historia va mucho más allá.
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  • Cuando Andrés Vázquez llega a Las Ventas para torear la corrida, su carrera había perdido brillo. Era la consecuencia de haber sufrido varias cornadas de gravedad. Sabedor que necesita un impulso decide aprovechar una sustitución que le ofrece la empresa de Madrid para ocupar el sitio de Antoñete. Esa tarde se anuncia la corrida propiedad de unos carniceros de Galapagar, casi desconocidos en el mundo del toro bravo, que han comprado en lotes la ganadería de Escudero Calvo -puro Albaserrada- y acababan de asentarse en Extremadura tras permanecer los años precedentes de renteros en La Nava de Yeltes, por tierras charras de Retortillo. Andrés, que había matado varias corridas de Escudero Calvo, sabe que puede embestir y cuando lo hace, trae la emoción a la plaza, algo que él siempre ha defendido como parte fundamental de la grandeza de la Fiesta.                                                                       
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  • – Lo de Victorino es como si te encuentras algo que te gusta en una chamarilería y al quitarle el polvo compruebas su valor. Con esta ganadería ocurría lo mismo al contar con una base muy buena y auténtica. Yo sabía lo que podría dar de sí.
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  • Esa razón hace que la corrida sea muy especial para él, además de jugarse mucho en ella, por lo que se prepara a conciencia como si fuera el día más importante de su trayectoria, que de hecho acabó siéndolo. Va a torear con un buen amigo, del que siempre elogia su capacidad artística, el catalán Joaquín Bernardó, en cartel que cierra el espada de Martín de Yeltes Aurelio García Higares y encabeza el rejoneador extremeño Moreno Pidal.
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  • La corrida es un delirio y Andrés Vázquez, que ha cortado una oreja a su primero, recibe a Baratero con bellos lances a la verónica rematados con dos medias con el sello de su inspiración belmontina. Rápido ve que es un toro con mucha plaza, que va largo, que repite y tiene transmisión. Y así le indica a su picador, el dinástico José Cáneba El Rubio de Salamanca, quien realiza una magnífica suerte de varas en las cinco veces que se le arranca el toro, cada vez desde mayor distancia. La bravura, como también su codicia del toro, al igual que la brillantísima profesionalidad del legendario picador levantan a la gente de los tendidos, impactada ante ese monumento a la bravura y la casta. Nunca olvida El Rubio de Salamanca aquella tarde.
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  • – Baratero llegaba como un torrente y romaneaba en el caballo, desde el primer puyazo se vio que era muy bravo. Era también el toro ideal para medir a un picador, porque Andrés cuando lo colocaba cada vez lo hacía de más lejos y al final ya lo dejaba en la misma boca de riego; mientras, la gente vivía el espectáculo de un acontecimiento grandioso. Me sentí muy afortunado de haber picado a ‘Baratero’, uno de los toros más importantes que he visto en las plazas durante más de cuarenta años dedicado a la profesión.
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  • Andrés Vázquez, que dirigió toda la lidia quedaba admirado del arranque tan alegre del toro al caballo, lo que fue todo un espectáculo que hizo emocionar a todos cuantos protagonizaban la corrida. Después, al comenzar la faena de muleta, el matador sabe que tiene delante al toro de sus sueños. El que devuelva el esplendor de su nombre a los grandes carteles. El que quedará para siempre unido a su carrera y a la misma historia de la plaza de Las Ventas. Así lo apreció en cuando humilló tras citarlo con la muleta sobre la mano izquierda y surgieron naturales con la esencia de lo grandioso, impregnados por el aroma castellano del maestro. Fueron diecinueve muletazos, hondos y puros, antes de perfilarse para la suerte suprema y matarlo en el hoyo de las agujas. Al final de esa tarde, bajo la calima madrileña de agosto, la Fiesta había ganado a un torero que regresaba a los carteles de postín. Y Victorino Martín escribe la primera página de su impactante trayectoria en Las Ventas con la lidia de ese Baratero, el mismo que ya sella para la perpetuidad las carreras de Andrés Vázquez y de Victorino Martín.

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  • – Aún sueño con ‘Baratero’ y me figuro que también lo hará su dueño, porque ese fue su auténtico despegue. Luego, en el inmediato San Isidro, me encerré en solitario con seis ejemplares del mismo hierro y corté otras dos orejas a ‘Violeto’, otro toro extraordinario. Desde ese instante con Victorino formé un dúo perfecto. Maté sus toros durante muchas temporadas y me dieron satisfacciones, fama, dinero; también una cornada, que fue en Salamanca en una corrida concurso que toreé con Paco Camino y con Juan José.

Premio Tauromaquia Castilla y León 2020, en plena pandemia de la COVID_19

 

De estilo sobrio y corte clásico, el toreo de Andrés Vázquez abrió en una decena de ocasiones la Puerta Grande de la Plaza de Las Ventas de Madrid y fue un nombre fijo en los carteles entre aquellos espadas que construyeron la llamada Edad de Plata en la década de los sesenta como Diego Puerta o el salmantino  Santiago Martín “El Viti”. Precisamente, fue un jurado presidido por el torero de Ciudad Rodrigo el que le otorgaba a Andrés Vázquez el Premio Tauromaquia Castilla y León 2020, “por su brillante e impecable trayectoria profesional al toro como defensor a ultranza de la integridad del toro y de la lidia, procurando darle su sitio como protagonista principal del espectáculo”

 

 

Andrés Vázquez era la perfección del trazo, tanto con el capote como con la muleta, la elegancia de la suerte bien templada, alargada,  compuesta sin componer y rematada con regusto. Andrés embriagaba las embestidas, las poseía, las toreaba y las dibujaba con la perfección de un artista que se regodea mientras crea. 

 

Y más tarde, cuando ya tenía discípulos, plasmó ese artista rural que era el torero zamorano, los planteamientos de los mismos problemas estéticos que el poeta, el pintor o el músico. La diferencia entre el torero y los otros creadores artísticos estriba en que el toreo es un arte anterior a la cultura. Los griegos primitivos llamaban arts al yelmo y el escudo, equivalentes a la capa y la muleta, porque se podía combatir con arte, como hoy se puede torear con arte. Y luego, después, vinieron las artes. De manera que el toreo forma al torero, como la escritura al escritor. Por eso, la tauromaquia es respetuosa con el toro de lidia y es Cultura, no tradición y Andrés Vázquez bien lo aprendió a base de hambre, miseria y desprecio por esos pueblos de Castilla y de León.

 

A continuación, se muestra el trailer de la película del cineasta Juan Figueroa "sobrenatural", sobre Andrés Vázquez y su tauromaquia

 

Más información

Asociación Cultural "Amigos de Andrés Vázquez"

amigosdeandresvazquez@gmail.com

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