Muy cerca de la ciudad de Palencia llama nuestra atención por su imponente fortaleza la pequeña localidad de Fuentes de Valdepero. El castillo del siglo XV ha sido recuperado para poder visitarlo y es uno de los atractivos que posee esta villa en la actualidad.
	
		Se le conoce con el nombre de Castillo de los Sarmiento, apellido de una rica y hacendada familia que se dedicaba a la viticultura principalmente, de ahí es posible que derive el nombre de este linaje. Un descendiente de los Sarmiento, Andrés de Ribera II, era el dueño de la fortaleza cuando en 1521 el castillo sufrió el asedio de las tropas comuneras, lideradas por el obispo Acuña. Tras varios días de acoso el señor de Ribera se rindió firmando una honrosa capitulación que no fue respetada por el traidor obispo, quien mandó apresar a toda su familia y saquear el castillo y todos sus bienes. De este modo el castillo pasó a manos de los comuneros hasta su derrota en batalla de Villalar. 
	
		 
	
		Una vez recuperados sus bienes, D. Andrés de Ribera mandó fortificar su hogar acometiendo reparaciones y mejoras que lo hicieron inexpugnable, achicando ventanas y puertas y engrosando los muros hasta hacerlos verdaderamente gruesos, como se puede observar en la visita.
	
	
		Poco tiempo después, a raíz de unos pleitos con los vecinos de la villa por unas tierras, el dueño vendió el castillo y el señorío a Don Diego de Acevedo y sus descendientes, cuya hija, Doña Juana fue nombrada por el rey Felipe II primera Condesa de Fuentes de Valdepero en 1572. Posteriormente esta casa emparentó con la Casa de Alba, cuyo duque ostenta en la actualidad el título de Conde de Fuentes de Valdepero. Sin embargo, el castillo de los Sarmiento pertenece desde hace algunos años a la Diputación de Palencia que es la entidad que ha llevado a cabo su restauración y se encarga de su explotación turística y cultural.
	
		 
	
		Lo primero que le resulta llamativo al visitante es la altura y el grosor de los muros de la imponente fortaleza. Quizá debido al miedo que su propietario tenía a volver a ser asediado y apresado, las mejoras se centraron en incrementar las defensas. 
	
	
		El acceso al castillo se realiza por una diminuta puerta. Ya en el interior tras recorrer unos metros de angosto pasillo se abre una enorme sala de considerable altura donde se inicia la visita libre.  Además, en la entrada están incluidas las exposiciones permanentes o temporales que ofrece el castillo, como la exposición Plastihistoria, que realiza un recorrido gráfico de la historia de Palencia gracias a escenas elaboradas en plastilina que reproducen sus principales monumentos y personajes más destacados.
	
		 
	
		La otra exposición que encontramos durante nuestra visita se denomina El Vestidor de los Cuentos. Se trata de una original muestra en la que la artista ha tomado como referencia algunos de los cuentos más populares de la literatura universal y expone varias de las prendas y complementos textiles que los personajes debían vestir. Así podemos disfrutar del vestuario de El Traje nuevo del Emperador, Alicia en la País de las Maravillas, Cenicienta o El Principito.
	
		 
	
		En cada sala vamos encontrando unos paneles explicativos con los usos y las reconstrucciones llevadas a cabo en la fortaleza. Ascendemos poco a poco por las estancias del interior de la altísima torre del Homenaje hasta el adarve, desde el que se obtienen unas vistas inmejorables del pueblo y de la planicie en la que se levantó la fortaleza. La torre tiene tres alturas y mide unos 22 metros, lo que la hacía una de las más altas de Castilla.
	
		 
	
		En los torreones que rodean el adarve encontramos algunos elementos arquitectónicos singulares como las ventanas de estilo gótico. En el espacio que ocuparía el patio de armas del castillo se ha levantado un edificio donde está instalado el Archivo de la Diputación de Palencia.
	
		 
	
		El patrimonio de la villa de Fuentes de Valdepero no termina aquí. Os aconsejo visitar también su iglesia de Nuestra Señora de la Antigua, a poca distancia del castillo. Este templo comenzó a edificarse en el siglo XIII pero sus principales elementos datan de los siglos XVI y XVII. Resaltan sus bóvedas de cañón y arcos de medio punto en la única nave y la bóveda de crucería en la capilla mayor. El acceso se realiza a través de una puerta lateral protegida con un pórtico que da a un atrio enmarcado con columnas.
	
	
		En el interior cabe destacar el retablo mayor, de mediados del s. XVIII en estilo rococó con pinturas y esculturas de cierto valor y el coro, añadido en el s. XVI de estilo plateresco.
	
		 
	
		
Susana