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Pueblos más bonitos de España,según National Geographic: Mogarraz, 10º clasificado del ranquin, algo más que un típico pueblo ancestral

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Con motivo de los próximos días festivos en los que se celebra la Semana Santa y de la entrada de la primavera, iremos ofreciendo a nuestros lectores reportajes sobre algunos rincones de Castilla y León por si quieren acercarse a disfrutar de su naturaleza, patrimonio histórico-artístico, arquitectura tradicional o de su gastronomía.

 

Esta semana nos vamos a fijar en el último de los 4 pueblos que la revista National Geographic incluye en su ranquin de los 10 pueblos más bonitos de España, publicado al inicio del presente año 2024, según los criterio de la ubicación, gastronomía y belleza, tras los reportajes anteriores de pueblo de Ayllón, en la provincia de Segovia clasificado en 2º lugar, Castrillo de los Polvozares, en la provincia de León, situado en 3er lugar, Calatañazor, clasificado en 8º lugar en la provincia de Soria 

 

Descubramos algunos de los elementos característicos y especiales que National Geographic ha valorado, así como algunos otros elementos que pueden resultar de interés para el lector, continuando nuestro viaje en el espacio y en el tiempo con la localidad salmantina de Mogarraz, pueblo situado en el Parque Natural de Las Batuecas y Sierra de Francia, igualmente villa medieval ubicada al sur de la provincia de Salamanca.

Situación y un poco de Historia de Mogarraz

Mogarraz se asienta en el corazón de la Sierra de Francia, dentro del Parque Natural de la Batuecas. Situada sobre un pequeño rellano de la falda de la montaña, que asciende hasta la Alberca, ofrece amplias panorámicas de la Sierra de Francia y del Valle del Alagón. El municipio de Mogarraz está situado al sur de la provincia de Salamanca,  a 85 kilómetros de la ciudad de Salamanca. Tiene una altitud de 766 metros sobre el nivel de mar y ocupa una superficie de 9.10 Km2 . La localidad se encuentra en la carretera que une La Alberca con Miranda del Castañar, ambas localidades salmantinas de raigambre histórica.

Su abundante vegetación refleja la doble influencia climática atlántica y mediterránea. Así, se van alternando los bosques de robles y castaños, con cultivos mediterráneos plantados en terrazas como olivos, viñedos o cerezos.

Aunque no se descartan antecedentes de asentamiento neolítico y romano, Mogarraz parece proceder del árabe mugris, que alude a plantación. Sabemos con certeza que fue repoblada en el siglo XII por grupos de franceses, al igual que otros municipios de la Sierra de Francia, de ahí su nombre.  Estos repobladores llegaron a estas tierras con el Conde Raimundo de Borgoña, casado la hija del rey Alfonso VI de León y Castilla, Doña Urraca de Castilla y León. La presencia francesa en la zona influye en gran medida en los nombres de la toponimia local: Sierra de Francia, río de Francia y Peña de Francia.

 

El pueblo formaba parte del Condado de Miranda del Castañar, tras la creación de este por el rey Alfonso IX en 1213. La Reina Doña Mariana de Austria le concedió el rango de Villa con jurisdicción propia en el año 1656.


Fue en los siglos XVII y XVIII cuando alcanzó su mayor esplendor y cuando se construyeron gran parte de los edificios según el estilo serrano tradicional: piedra en las casas de familias pudientes y adobe y barro en las más humildes.

Con la distribución provincial del territorio español, en 1833 por Javier de Burgos, Mogarraz quedó incluida en el territorio de la provincia de Salamanca.

En el año 1986 se le concede el título de Conjunto Histórico-Artístico por su patrimonio histórico y cultural, siendo declarada como Bien de Interés Cultural por Castilla y León en 1998 dentro de los conjuntos histórico-artísticos.

Su economía se fundamenta en el cultivo de la vid, la cereza, la madera y al sector servicios orientado al turismo.

En la actualidad es un municipio que conserva su patrimonio cultura y que evoluciona hacia otros modos de vida como su apuesta por una agricultura ecológica o el turismo rural y cultural.

Declarada Conjunto Histórico-Artístico por su patrimonio histórico y cultural

En cuanto a su patrimonio histórico y cultural, Mogarraz disputa a otros municipios de la comarca el privilegio de ser el pueblo más bello de la Sierra. Ejemplo de arquitectura popular, su genuina belleza la encontramos en el trazado de sus calles, estrechas y sinuosas, en sus plazuelas y rincones.

Sus casas responden a las típicas viviendas serranas con sus fachadas con entramados de madera, piedra y adobe; y con las balconadas repletas de geranios.

Es una villa medieval construida y repoblada en el siglo XII por franceses y gascones, como se ha mencionado anteriormente, procedencia que se manifiesta en los apellidos de muchos de sus vecinos.

 

Conserva numerosos edificios y elementos del pasado:

  • La Iglesia Parroquial, dedicada a Nuestra Señora de las Nieves, de estilo renacentista. La Torre Campanario del S. XVII separada de la Iglesia, dada su función de vigía y defensa. La iglesia de Nuestra Señora de las Nieves. Templo de una sola nave con crucero, cúpula y pórtico al norte. En el interior destaca un retablo con la imagen de la Virgen de las Nieves. La Torre del Campanario, construida a principios del siglo XVII y desviada de la iglesia, como en los pueblos de Miranda del Castañar y Cepeda, sugiere una función defensiva.
  • La Ermita del Humilladero del siglo XIII con una bella cruz situada a la entrada del pueblo. En en la parte trasera de la ermita se encuentra la Fuente del Humilladero, la cual recoge el agua en una pila bautismal.
  • Casas con dinteles labrados con motivos marianos y dominicos, tallados por los judíos conversos que se asentaron en diversos pueblos de la Sierra.
  • La Cruz de los Judíos labrada en granito, decorada con calaveras, del siglo XVII, situada junto a la Ermita del Humilladero; el rincón de Mané; la Plaza Mayor; la Casa de la Inquisición; el patio y la vivienda de Melón; el Calvario, situado a la entrada del pueblo, es un conjunto de cruces de granito de finales del siglo XVII.
  • El Museo Etnográfico o Casa de las Artesanías nos informan de la importancia de las artesanías del bordado, del trabajo del cuero, de la elaboración de joyas con filigranas en plata y oro.
  • El Museo del Ibérico que ofrece al visitante información sobre los procesos de elaboración de los productos derivados del cerdo, así como de los utensilios utilizados en épocas anteriores.
  • El Mirador de la Peña de la Cabra que permite contemplar vistas de espectacular belleza.
  • La original galería de retratos, (806) de los antiguos habitantes de las casas pintados en sus fachadas, que se pueden contemplar mientras se recorren sus calles.
  • Las catorce fuentes y caños repartidas por la villa de las que fluye un agua, limpia, pura y cristalína. Algunas de las fuentes tienen más de cuatrocientos años., entre las que destaca la Fuente Cabo la Aldea construida, según inscripción tallada en la piedra, en 1672.
  • Su artesanía es extensamente conocida en toda España y en el extranjero, sobre todo su joyería serrana hecha a base de hilos de oro y plata.
  • Al igual, que sus bordados serranos sobre lienzo e hilo para realizar paños de ofrenda, mantelerías, camisas y toallas y juegos de sábanas sobre los que se plasman pájaros y leones, búcaros y encomiendas, clavelinas y granadas de gran colorido y originalidad.
  • Casco urbano que está compuesto por un entramado de callejuelas y pasadizos salpicados de escudos pertenecientes a viejos linajes e incluso a la Inquisición, originales dinteles con grabados religiosos, cruceros y fuentes. El casco urbano se ordena hacia arriba y hacia abajo a partir de la calle principal. Destaca la Plaza Mayor ovalada, en la que se celebrarn numerosas festividades.
  • Arquitectura rural y tradicional en casas serranas, que son casas con típicos entramados de madera, adobe, piedra y balcones, algunas de hasta cuatro pisos de altura, en cuyas puertas se aprecian dinteles esculpidos con epigramas que hablan de la religión y la cultura.

Fiestas tradicionales

Referente a sus fiestas y tradiciones, Mogarraz conserva sus tradiciones folclóricas, culturales y religiosas siguiendo la tradición de sus antepasados.

San Antón se celebra el día 3 de febrero, con el cerdo de San Antón; tradición que procede de la Edad Media. En esa época, los judíos conversos para demostrar su conversión regalaban cada año un cerdo a la comunidad, que era alimentado por los vecinos hasta el día de San Antón, en que era subastado entre los vecinos.

El Ofertorio de Nuestra Señora de las Nieves durante el que se realiza la ofrenda de frutos y bienes en la Plaza Mayor como marca la tradición. Es una ocasión única para admirar las ricas indumentarias y joyerías serranas en los trajes de los participante. Se trata de las fiestas patronales mayores, llenas de folclore con sus trajes típicos y joyas artesanales charras típicas tradicionales de este paraje salmantino colindante con la comarca cacereña y extremeña de Las Hurdes.

También se celebra la Noche de las Almas en que la que los vecinos y visitantes podrán acompañar a la Moza de Ánimas en su recorrido por las calles solicitando la oración para las almas del purgatorio. Los acompañantes van vestidos con capas, las calles se iluminan con velas y las campanas doblarán toda la noche. En la plaza del pueblo se asan castañas que se comen acompañadas de aguardiente y perrunillas.

 

Sus calles medievales de piedra y sus casas serranas no dejarán indiferencia alguna de que estás ante un lugar donde el tiempo está detenido y parece no haber transcurrido. 

Gastronomía basada en el cerdo ibérico y los dulces

La cocina de Mogarraz se fundamenta en los productos propios de la Sierra de Francia con una cocina tradiciones y contundente, basada en la sabiduría que atesoran muchos de los platos tradicionales. Entre ellos, las patatas meneas, el limón serrano, el cabrito cuchifrito o el tostón o cochinillo asado, los embutidos y jamones ibéricos, los hornazos y su extensa repostería y postres como el arroz con leche, la leche frita, las perrunillas y los turrones.

 

No puede olvidarse sus vinos blancos, rosados y tintos elaborados, presentes en la Ruta del Vino de la Sierra de Francia, amparados por la Denominación de Origen Protegida Sierra de Salamanca.

Turismo activo

Con respecto a su entorno natural Mogarraz es principio o fin de la Ruta denominada Camino del Agua, ya que es una ruta circular entre Mogarraz y Monforte de la Sierra dentro del Parque Natural de las Batuecas. Esta ruta toma como base el sendero GR-10, aunque cuenta con su propia señalización, y sigue el camino del agua que se ha visto enriquecido con la incorporación al paisaje natural de originales y sorprendentes obras escultóricas. Junto a ellas podemos disfrutar de la sombra de robles, castaños, olivos centenarios o chopos. En este recorrido, cabe destacar la presencia del Puente de los Molinos rodeado de eucaliptos, robles, pinos, hiedras, zarzamoras y madroños.

Cabe destacar, que Mogarraz se encuentra de la Ruta del Vino de la Sierra de Francia, cuyos vinos están amparados por la Denominacion de Origen Protegida Sierra de Salamanca elaborados con uvas Rufete variedad autóctona y predominante en la zona.

En definitiva, Mogarraz es uno de los municipios donde actualmente, mejor se conserva la identidad y tradición serrana reflejados sobre todo en su arquitectura y patrimonio que comparte protagonismo con un entorno natural de gran belleza.

El pueblo de mil caras: Más de 800 retratos de habitantes de Mogarraz que no se fueron que acompañan al visitante por sus calles

A finales de los años 60 del siglo pasado, Alejandro Martín, antiguo alcalde, creó un extenso archivo fotográfico de todos los vecinos del pueblo que no habían emigrado a la ciudad en una época en la que se imponía la industrialización. El objetivo era que estos pudieran formalizar su documento de identidad. Cincuenta años más tarde, aquel archivo ha convertido Mogarraz en “el pueblo de las mil caras”. El artista local Florencio Maíllo recuperó las fotografías y las reprodujo a gran tamaño, fijándolas en las fachadas donde cada habitante había tenido su casa.

 

Debido al aislamiento que proporcionan sus frondosos bosques, en las calles de Mogarraz uno tiene la sensación de que aquí se detuvo la historia. Sus tradiciones siguen vivas especialmente en sus bordados y trajes típicos.

 

Durante las fiestas patronales, los mogarreños los exhiben orgullosos en sus balcones, y es posible conocer su historia y algunos de los mejores ejemplares en La Casa de las Artesanías, el museo etnográfico del pueblo. Plácidas y sosegadas, las típicas casas serranas de Mogaraz aguardan la llegada de los visitantes.

 

Las fachadas de las casas de Mogarraz acogen desde el año 2012 una curiosa exposición, compuesta por los retratos, a gran escala sobre placas metálicas recicladas, de aquellas personas que habitaron las casas.

 

En la iglesia parroquial pueden verse los retratos correspondientes a aquéllos que ya no tienen casa en el pueblo.

 

Las pinturas fueron realizadas por el artista Florencio Maíllo, basadas en un archivo fotográfico de 1967. Este archivo fue creado por Alejandro Martín Criado, antiguo alcalde del municipio, quien retrató a los habitantes del pueblo para los documentos de identidad.

 

La exposición estaba compuesta en los inicios por 388 retratos, aunque a lo largo de los años se ha ido ampliando y en la actualidad supera las 800 pinturas.

Artesanía

La artesanía es un rico patrimonio en la localidad, que tiene entre los más notables ejemplos la joyería, los bordados y los trajes tradicionales; de gran relevancia en España y el extranjero.

 

Los bordados tienen todo tipo de objetos con motivos florales, animales, símbolos heráldicos u otros muchos diseños, con ellos se adornan paños de ofrenda, mantelerías, camisas, toallas y juegos de sábanas. Durante las fiestas patronales, los balcones de la localidad se adornan con artesanías y bordados.

 

Otros lugares de interés

El Museo del Ibérico, que ofrece información acerca de los procesos de elaboración de los productos derivados del cerdo ibérico y los utensilios usados en épocas anteriores.

 

Museo Etnográfico o Casa de las Artesanías, situado en una casa serrana en la Plaza Mayor, recoge las tradiciones rurales de la Sierra de Francia, así como magníficos bordados, cueros y filigranas en oro y plata.

 

Ruta del camino del agua, sendero circular que une las poblaciones de Mogarraz y Monforte de la Sierra. Recorre el valle del río Milanos, durante el camino se pueden apreciar medio docena de obras artísticas  y descansar en un mirador, desde el que se observa toda la localidad.

 

Ruta Camino del Agua por la Sierra de Francia entre Mogarraz y Monforte de la Sierra

  •  
  • Distancia: 6,2 km
  • Tiempo estimado: 2 h
  • Desnivel: 209 m
  • Punto de salida: Mogarraz
  • Dificultad: Baja
  • Época recomendada: Todo el año

El agua estuvo allí desde siempre, el camino se fue haciendo con el paso del tiempo. El Camino del Agua se ha enriquecido con 6 intervenciones escultóricas que ya forman parte del paisaje. Han surgido así unas obras sutiles que se integran en armonía con el entorno, sin saber si lo que está delante es la cultura o es el paisaje.

 

El Camino del Agua parte de Mogarraz, municipio declarado Conjunto Histórico en 1998. Esta villa ofrece magníficos ejemplos de arquitectura tradicional de la Sierra de Francia.

 

El recorrido continúa cercano a la población de La Alberca, y llega a Monforte de la Sierra, un municipio que se alza sobre un promontorio ofreciendo sorprendentes vistas del valle formado por los ríos Milano y Arromilano, como queda patente en el Mirador del Viborero.

 

El Camino del Agua es un sendero circular que une las poblaciones de Mogarraz y Monforte de la Sierra en el Parque Natural de las Batuecas - Sierra de Francia. Aunque el agua estuvo siempre en el camino, en la actualidad, el paseo se ha enriquecido con 6 intervenciones escultóricas que ya forman parte del paisaje. En el siguiente croquis se pueden identificar las ubicaciones concretas de las seis esculturas:

 

 

A este Parque Natural tan hermoso como frágil, refugio de especies que a veces evolucionaron aquí hasta convertirse en nuevas y únicas se han incorporado los trazos elementales de líneas rectas, espirales y curvas limpias, trazadas en materiales puros como el hierro, el bronce, el cobre y la piedra; han surgido así unas obras sutiles, que se integran en el paisaje dejándolo ver, haciéndole hueco, permitiendo que se filtre sin saber si lo que está delante es la escultura o es el paisaje.

 

Si nos atenemos al sentido aconsejado de esta ruta circular, podemos comenzar el paseo de no más de dos horas y media en su totalidad, en Mogarraz. Este hermoso pueblo serrano declarado Conjunto Histórico, nos descubre muchos recursos, muchos modos de construir y resolver únicamente con los materiales que da la tierra. Y tras adentrarnos en sus calles, tomaremos el Camino del Agua que, si bien toma como base el sendero GR-10, cuenta con su propia señalización.

 

Si hemos dejado el coche en el aparcamiento de la villa, encontramos allí un panel informativo que nos pondrá en situación de dónde estamos, una descripción de lo que nos vamos a encontrar, así como una breve reseña de cada obra. Desde ese punto, a unos doscientos metros siguiendo la carretera en dirección a La Alberca, nos encontramos la señalización del Camino, que nos invita a dejar el asfalto y adentrarnos por el descendente sendero.

 

En estos primeros pasos atravesamos esa naturaleza domesticada que se abraza a las casas y baja hacia el valle entre viñas, frutales y pequeños huertos en los que se mezclan las flores y las verduras, las hortalizas y las legumbres. El sonido del agua se convierte en un compañero durante el recorrido: pequeños regatos, torrenteras, arroyos y después el río son los protagonistas sonoros de esta ruta.

 

En el sendero aparece la sorpresa y surgen las preguntas: ¿Qué hacen dos grandes jaulas sobre la roca en actitud vigilante? ¿Qué agua pulió y redondeó el granito azul en los pasos del agua? ¿De dónde surge la cola blanca de una sirena? ¿Qué hace una sutil hoja de bronce suspendida en medio de un paisaje?

 

El Arte sale al encuentro del visitante; quizá estas piezas surgidas en el paisaje guardan algo místico y misterioso. Los artistas que nos hacen estas primeras propuestas, Miguel Poza con su obra K´oa, Virginia Calvo con su Serena y Alfredo Sánchez con S/T llegan al sentir del caminante, apelando de modos singulares a la reflexión y el disfrute: jaulas que vigilan, protegen, encierran sin conseguirlo las aguas de lluvia y las palabras que nuestros ojos leen y atrapan –ahora sí- dándoles un nuevo significado, interpretándolas desde lo que el visitante es y cree.

 

O la Serena, que es una sirena escondida, ligada al espacio que ocupa por el peso de la leyenda y la tradición, pues es en el arroyo en el que se refleja donde se encuentra el charco "de la mora encantada", ese ser, al igual que el primero, que encandila a los hombres y los lleva hasta la locura. La pieza se integra armónicamente junto al puente de madera de Monforte, un paraje apto para la ensoñación.

 

Y la obra de Alfredo Sánchez , que se une a la tradición más clásica por el material escogido –el bronce- y que invita a la tranquilidad y al sosiego, a disfrutar de lo sencillo y descubrir la infinidad de hermosos matices que la sierra esconde...

 

Desde el Mirador de Monforte, junto a la obra de Alfredo Sánchez, podemos contemplar un hermoso paisaje de robles, castaños, zonas de cultivo... y Mogarraz como parte imprescindible de la estampa. Seguimos la carretera y podremos disfrutar de esa arquitectura popular, práctica, sencilla y hermosa: las escaleras en piedra hacia los huertos, los pozos de riego...

 

Antes de llegar a Monforte de la Sierra, encontramos algunos olivos centenarios, altos como chopos, y la ermita del humilladero, un espacio común en la entrada de la mayoría de los pueblos serranos. Si bien para seguir el Camino del Agua no es necesario atravesar Monforte, merece la pena perderse por sus calles, subir hasta la iglesia, descubrir en sus fachadas estucados y relieves...

 

De nuevo en el Camino, bajaremos hasta el Puente de los Molinos entre eucaliptos, robles, pinos, hiedras, zarzamoras y madroños. Y otra vez la sorpresa, que se repetirá en el grandioso Puente del Pontón, ¿Qué significan un conjunto de sillas agigantadas?

 

El artista Manuel Pérez de Arrilucea incorpora al Camino, Siete sillas para escuchar, un mobiliario metálico, lúdico y sorprendente y parece invitar al caminante a pararse y escuchar, a adivinar qué historia esconden, cuántas más podrán contar después de nuestro paso por allí. Los caminos se hacen también con paradas en las que se avanza sin caminar, en las que se alimenta y se da tregua, no sólo al cuerpo. El sendero se hace ahora cuesta arriba: es el momento de caminar despacio, de disfrutar de los musgos y el empedrado. Olivo, viña, pozos acoplados al terreno, huertos tomados por la vegetación y el regreso a la civilización y al cemento.

 

Asientos circulares de Juárez&Palmero y Juanvi Sánchez A lo largo del camino veremos Pozos de paso, Pozos de reposo y contemplación. Granito y agua. Verdad y mentira para evitar las vaguadas y regatos. Para sentarnos sin mojarnos, para adivinar lo que se esconde en el fondo imaginado. Sencillo elementos sumados al trayecto, tan esenciales  como las escaleras, los paredones, las albercas...

 

Cuando ya divisamos a lo lejos las primeras casas de Mogarraz, de nuevo la sorpresa ¿A quién desafía esa torre coronada con un solitario ciprés salido de la nada? Florencio Maíllo con la Cruz de Mingo Molino, recurre a la iconografía propia de la zona, a la escrita durante siglos en la tierra, piedra a piedra: una torre paredón, que así se llaman en la zona los bancales, que retienen tierra y agua, y que son capaces de generar vida en su interior.

 

Un ciprés ligado en la memoria colectiva a los lugares sagrados y a los cementerios parece invitar al caminante a mirar a su alrededor y descubrir los huertos abandonados, hoy conquistados por el monte y la maleza y en otros tiempos llenos de vida.

 

El Camino llega a su fin. Atrás han quedado plantas que son arte, arte que se hace naturaleza, agua que se transforma en música, animales que nos miran sin ser vistos...

 

Al llegar a Mogarraz nos recibe una fuente que lleva el sonoro nombre de Cabo la Aldea: el agua, que hemos escuchado durante todo el trayecto, se nos ofrece como recompensa.

 

En esta villa de la Vía de la Plata puedes degustar buena comida y visitar algunos de los museos para conocer todas las tradiciones.

 

Vive Experiencias Enoturísticas Sostenibles en la Ruta del Vino Sierra de Francia

El vino comenzó a elaborarse al sur del Cáucaso. En concreto en Turquía, Armenia e Irán. Y desde ahí se extendió por Asía, Europa y el Mediterráneo. Existen evidencias de que ya se hacía vino en el Neolítico. En la Península ya se elaboraba hace más de 3.000 años antes de Cristo.

 

Con seguridad, la vid ya se cultivaba en la Sierra de Francia antes de la llegada de los romanos. Lo que sí es seguro es que aportaron nuevas variedades y mejoraron el cultivo. La necesidad de ampliar las tierras de cultivo para cubrir la demanda, impulsó el cultivo en las laderas. La dificultad para retener el terreno propició la construcción de paredes. Así se crearon los bancales que se rellenaban de tierra y se pudo plantar vides, olivos, frutales, etc.

 

Y desde siglos se viene cultivado el viñedo en bancales, buscando la integración con el paisaje y seleccionando los mejores suelos y orientaciones para obtener buenos vinos. Las viñas de la Sierra de Francia están localizadas en las laderas del valle del río Alagón, sobre bancales de escasa superficie, en terrenos graníticos de grano suelto. Estas laderas tienen orientación sur, para lograr una adecuada maduración de la uva.

 

Los suelos dedicados al cultivo son ácidos lo que unido a la vejez de las cepas, dan unos vinos con carácter y singularidad propias, en todas las variedades que se cultiva. Las principales variedades son la rufete, especie autónoma y la más extendida; la garnacha tinta también conocida como calabrés; el tempranillo, por lo común denominada aragonés.

 

En el siglo XIX, la producción de vino es importante en la Sierra para atender la demanda de Francia. En la actualidad es uno de los pilares de la economía de la comarca. Con el fin de proteger e impulsar la producción de vino en la Sierra de Francia, en el año 2010 se crea la Denominación de Origen Protegida “Vino de la Sierra de Salamanca” en la que se integran 26 municipios, con más de 2.000 hectáreas de viñedo.

 

La Denominación de Origen Protegida se inscribe como “Vino de Calidad Sierra de Salamanca” para mejor identificación en todo el mundo. En el año 2014, siete municipios de la Denominación de Origen crean la asociación “Ruta del Vino de la Sierra de Francia” para promocionar los vinos de la zona y poner en marcha una oferta enoturística. El objetivo es dinamizar el enoturismo y la gastronomía y promocionar los vinos elaborados en la Sierra amparados en la denominación de origen.

 

En la actualidad, la Ruta del Vino cuentan con seis bodegas que con una dedicación y trabajo excelente han conseguido que la calidad de los vinos de la Sierra estén a la altura de los mejores vinos de España.

 

Más información en la web oficial : Ruta del Vino Sierra de Francia

 

Disfrutar de la Naturaleza en su entorno por el Parque Natural de Las Batuecas y Sierra de Francia

 

La ubicación de Mogarraz en pleno Parque Natural de Las Batuecas y Sierra de Francia le da al visitante la oportunidad de recorrer dicho parque y realizar alguna de las rutas que hay por la zona. 

 

El Parque Natural Las Batuecas-Sierra de Francia es un espacio natural único, con hermosos valles, altas cumbres y frondosos bosques, donde reinan la cabra montés o montesa, el corzo, el jabalí, el águila real y la cigüeña negra.

 

Tiene una extensión de 30.183 hectáreas que comprende 15 municipios. Es la comarca de Salamanca con mayor sentido histórico-tradicional, geográfico y cultural de la provincia.

 

El Parque forma parte de las estribaciones occidentales de la Cordillera Central, al sur de la provincia de Salamanca. Sus mayores alturas son el Pico Hastiala con 1.735 msnm. y la Peña de Francia, con 1.723 msnm. El punto más bajo se sitúa en el río Alagón en su paso por Sotoserrano.

 

Se asienta en la divisoria de dos cuencas hidrográficas: la formada por los ríos Alagón, Francia y Batuecas que vierten al Tajo, y la formada por el río Agadón que pertenece al Duero. Es una zona con numerosos montes y valles y abundantes ríos y arroyos que la recorren. Con grandes desniveles, con lomas de cimas suaves y laderas pronunciadas y profundos valles.

 

La diferencia de altitud y la orientación de las laderas determinan la existencia de zonas con clara influencia atlántica, y otras más cálidas de tendencia mediterránea que en conjunto favorecen una gran diversidad de flora y fauna.

 

Población

Hace 4000 años, la Sierra estaba habitada por pueblos prehistóricos como lo testifican las pinturas rupestres existentes en diferentes abrigos y canchales. Hay catalogadas más de una docena de canchales con pinturas prehistóricas. Son pinturas policromas (rojo, ocre, marrón, negro e incluso blanco), algunas figuras humanas, cabras, ciervos, osos, lobos, linces,… y numerosas figuras como puntos, barras, círculos, espirales, cercas,… En el valle de Las Batuecas se encuentra el canchal de las “Cabras pintás”.

 

No obstante los primeros pobladores de quienes tenemos información cierta son los vetones, como lo confirman los numerosos castros de la zona, algunos de los cuales se encuentran bajo poblaciones actuales como en Cepeda o Sotoserrano.

 

Los romanos dejaron muchos testimonios como dos calzadas: una que cruzaba sur a norte y otra que lo hacía de este a oeste. También han sobrevivido los puentes de Sotoserrano y de El Cabaco. De la época visigoda hay pocos restos materiales, pero se conserva la Ermita de Majadas Viejas, o un poblado en la zona de La Legoriza en San Martín del Castañar.

 

También hay testimonio de la presencia de judíos y mozárabes que buscaron refugio en estas tierras para no ser expulsados por los Reyes Católicos. En el siglo XII, el rey Alfonso IX repuebla la Sierra con gallegos asturianos y franceses, y construye algunas fortificaciones como Miranda Del Castañar.

 

Un dato poco conocido de la Sierra de Francia es que era cruzada por el Camino de Santiago, que desde Sevilla, subía hasta Santiago de Compostela. La aparición de la Virgen de la Peña de Francia, en 1434, refuerza el camino y se convierte en lugar de visita de los peregrinos. Testimonio de esta ruta son los hospitales de peregrino de La Alberca, Cepeda, Mogarraz, y San Martín del Castañar.

 

Flora

 

En las cumbres más altas del Parque Natural la vegetación ha tenido que adaptarse a la crudeza del clima, dominando el piorno y el erizón. Conforme se desciende aparecen especies como rebollos, acebos y castaños, y bosques de robles y abedules. En las tierras orientadas al sur aparece la encina, alcornoques, madroños y jaras. En las zonas resguardadas y soleadas se encuentran los cultivos de frutales, castaños, viñedos y olivares y los huertos. Entre los frutales predomina el almendro.

 

Fauna

La fauna del parque está representada por 213 especies de vertebrados catalogadas, de las que 9 corresponden al grupo de los peces, 13 al de anfibios, 19 al de reptiles, 126 al de aves y 46 al de los mamíferos. En cuanto a las aves es habitual ver buitres, tanto leonados como negros, águila real, halcón peregrino, alimoche y búho real. Y la cigüeña negra, catalogada en peligro de extinción. Hay 11 parejas de cigüeña negra con nido y 26 parejas de águila real establecidas que suponen un 2% de la población total española, el águila real. Entre los mamíferos habitan el lince ibérico, la nutria, el corzo, el jabalí y la cabra montés, junto con el corzo.

 

En los numerosos arroyos y charcas se puede encontrar tritón ibérico, sapo partero ibérico, rana patilarga y sapillo pintojo, entre otros. Respecto a los reptiles cabe destacar la lagartija de la Peña de Francia, exclusiva de estas sierras.

 

Patrimonio

En esencia, el Parque Natural es un espacio de contrastes, de gran valor paisajístico y ecológico, que se manifiesta en el relieve, la vegetación, la fauna y en la acción del hombre. Espacio que atesora una gran riqueza cultural y un importante patrimonio histórico-artístico, con cinco municipios declarados «Conjunto Histórico – Artístico»; con enclaves con pinturas rupestres, restos de minas romanas y ermitas y monasterios repartidos por todo su territorio.

 

El valle de Las Batuecas se diferencia por su aislamiento y características propias. Cuenta con pinturas rupestres y un monasterio de las Carmelitas Descalzos. Por ello, el Parque Natural de Las Batuecas-Sierra de Francia está declarado y protegido como Parque Natural.

 

Así como por el proyecto Red Natura 2000 debido a su potencial contribución a restaurar el hábitat natural, incluyendo los ecosistemas y la biodiversidad de la fauna y flora silvestre. La Unesco lo declaró Reserva de Biosfera en octubre de 2006.

 

En la Casa del Parque encontrarás toda la información que necesitas para tu visita a este Parque Natural. Un monitor te dará la bienvenida y las informaciones que precises. Además, podrás conseguir publicaciones y otros objetos informativos o de recuerdo. Para planificar mejor tu estancia, dispondrás de un calendario de actividades donde se recogen las principales fiestas y eventos.

 

Parque de Aventuras "Las Batuecas" para todos las edades y públicos

Este Parque de Aventuras se encuentra situado junto a la Casa del Parque de la localidad salmantina de La Alberca, al sur de la provincia de Salamanca.

  • La mejor forma de llegar es desde Salamanca. Desde ahí, tomar la carretera CL-512 dirección Vecinos. A unos 30 Km. llegaremos a Tamames y desde allí por la SA-215 hay que seguir las indicaciones a La Peña de Francia. En esa misma carretera se ve el desvío a La Alberca.
  • También se puede llegar por la Autovia A62; Salamanca - dirección Portugal- se toma la salida de Fuentes de San Esteban dirección Cabrillas-Tamames-La Alberca.

El Parque tiene siete circuitos, con un total de 85 retos o pasos entre árboles, para la diversión de todos los públicos, desde los más pequeños hasta los más deportistas, con toda clase retos, como largas tirolinas, lianas, puentes de distintos tipos, escalas y redes entre las copas de los árboles, etc.. Para poder realizar los circuitos dependerá de la altura y las edades de los participantes.

  • Dos circuitos o recorridos Demo, de iniciación o aprendizaje, de 5 y 6 retos cada uno, donde los monitores explican y enseñan al público el uso de los equipos y la forma de asegurarse y realizar los distintos retos que van a encontrar.
  • Un Circuito Amarillo Infantil, con 16 para niños de 4 a 9 años. Y niños que midan menos de 1,40cm. Los padres, tutores o monitores tienen que acompañarlos por el suelo para ayudarles a realizar la actividad.
  • Cinco circuitos de dificultad creciente: el muy fácil Verde (11 retos) para todo el público, (Niños mayores de 9 años y que midan más de 1,40cm.Es el primer circuito de adultos) .Azul (20 retos) fácil y muy variado, (niños mayores de 12 años y que midan más de 1,50cm, es el segundo circuito de adultos). Rojo (14 retos) de dificultad moderada, (mayores de 16 años y medir más de 1,60cm es el tercer circuito para adultos).
  • Cuando llegamos al parque de aventura, los monitores nos equipan con un arnés y un casco y realizamos un circuito de demostración o prueba para practicar, una vez terminado este circuito entre nosotros y el monitor decidimos que circuitos podemos realizar.

La duración de cada circuito es de 45 minutos aproximadamente, tener en cuanta si se realizan varios recorridos por los horarios.

 

El parque dispone de un Aula de Naturaleza para realizar actividades de educación ambiental con grupos organizados. Este conjunto de equipamientos de ocio en la Naturaleza, junto con la Casa del Parque, hacen del Parque de Aventura "Las Batuecas" un lugar perfecto para la diversión y el disfrute de todos los públicos, en el entorno del Parque Natural de Las Batuecas-Sierra de Francia. 

 

 
 
 
 
 
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